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Recupera tu equilibrio
Acupuntura
Acupuntura contra el estrés
El estrés es la gran enfermedad del siglo XXI en los países desarrollados. El ritmo de vida nos impone un nivel de autoexigencia que acelera nuestro organismo y sus funciones; es como nos viésemos forzados a poner continuamente nuestro cuerpo a la velocidad turbo.
No obstante, un nivel mínimo de estrés es saludable, en particular, en las situaciones peligrosas. Antiguamente, las personas que vivían en cuevas se ponían nerviosas al ver llegar un león, por ejemplo, y emprendían la carrera. Hoy en día, estresarse a la hora de cruzar un paso de cebra con el semáforo en rojo es lo mejor que nos puede pasar si tenemos que correr ante la llegada de un coche a toda velocidad. Se trata de un nivel mínimo de alerta necesario para sobrevivir en situaciones límite.
El verdadero problema surge cuando ponemos nuestro cuerpo en modo turbo de forma permanente, cuando lo estresamos de forma continua. Cuando esto ocurre, se da una superproducción de las hormonas de la alerta, como la cortisona, que genera insomnio, ansiedad, hipersudoración, ojos vidriáticos, taquicardias… y se convierte en algo patológico que nos indica que el sistema de alerta ha fracasado.
En el último estado del estrés, en los casos más avanzados, aparecen los cambios de humor, el cansancio extremo, la apatía, las crisis de ansiedad, la depresión… Y después, el organismo se agota.
La acupuntura es una solución idónea para el estrés y sus síntomas
La acupuntura no separa, no diferencia lo físico de lo psíquico, y considera que si el psiquismo de una persona está bien, no aparece ninguna enfermedad. Al someter a presión a todos los sistemas del organismo, el estrés puede generar cualquier síntoma De hecho, el estrés está detrás del 90% de las patologías: cualquier enfermedad comienza por el estrés de una parte del cuerpo.
A veces, la ansiedad y la angustia afectan más al sistema digestivo. Pero en general, el estrés provoca numerosos e imprevisibles síntomas, desde los más leves como comerse las uñas o el bruxismo, hasta los más graves como pueden ser insomnio, acúfenos, caída de pelo, asma, obesidad, desórdenes en la menstruación, alteraciones en la piel, hipertensión y afecciones cardíacas. O diabetes. Y de ahí en adelante.
La acupuntura por sí sola reduce los niveles de dolor, fortalece el sistema inmunitario, provoca relajación, tranquilidad y sensación de bienestar. Si además el tratamiento se centra principalmente en disminuir el estrés y sus síntomas, el resultado está prácticamente garantizado.