¿Qué tiene que ver la seda con la acupuntura? La seda es un elemento alquímico. Contribuye al resultado de una de las mayores metamorfosis del reino animal, el proceso por el que un gusano, un ser que se arrastra, se convierte en mariposa y comienza a volar.
La seda es tan fina y sutil que ha sido apreciada desde la antigüedad. Su uso fue descubierto hace más de 5.000 años (como la acupuntura) en China: era un secreto tan bien guardado que su revelación fuera de las fronteras estaba castigado con la pena de muerte. Finalmente, el secreto fue desvelado al mundo y surgió la Ruta de la Seda, que unía Oriente y Occidente para acceder a tan preciado tesoro.
En la actualidad, la seda es empleada en microelectrónica, nanotecnología y fotónica. Sus propiedades y aplicaciones son comparables con las de la fibra óptica por su capacidad de transmisión.
De la misma naturaleza delicada, existen unos canales en nuestro cuerpo por los que se mueve una energía grácil y etérea. Como la mayoría de las cosas sutiles, los orientales fueron los primeros en investigarla y la llamaron ‘qi’. Estudiaron su comportamiento, sus funciones, sus recorridos. Se dieron cuenta de que es imprescindible mantenerla en equilibrio para que el ser conserve su armonía y su bienestar. Aprendieron a corregir sus alteraciones para conseguir estos logros. Aprendieron a utilizarla para la sanación.
Tras siglos de estudio y observación, consiguieron dibujar las vías de luz por las que se mueve el qi. Comprobaron sus relaciones y sus efectos curativos. Constataron que son como una fina red que se entreteje y que sus conexiones y sus bloqueos explican la mayoría de los síntomas y de las señales que nuestro cuerpo emite. Aprendieron a leer esas señales, a interpretarlas y a explicarlas, en definitiva, descifraron el significado de esa energía invisible que nos anima y que en Occidente no se tiene en cuenta al no ser medible ni cuantificable.
Los canales son como una urdimbre de caminos de seda entrelazados, sus conexiones, infinitas y su delicadeza, suprema, como la de la seda. De la fluidez de la energía que circula por ellos depende nuestro bienestar, porque mantiene en un armónico equilibrio nuestras funciones físicas y mentales. Una alteración de su ritmo o un bloqueo supone el inicio de un desajuste que puede acabar en enfermedad. La acupuntura desbloquea los canales y restablece este delicado equilibrio y consecuentemente, la salud.